¿Qué es un veneno? Curiosamente, existen distintas teorías sobre lo que convierte algo en veneno. Pero la mayoría son más o menos así
“Una sustancia química peligrosa, natural o no, entra en la sangre a través de la piel, el intestino o los pulmones y viaja hasta el hígado, el órgano principal de desintoxicación”.
El hígado intenta “desintoxicar” la sustancia química creando metabolitos -a veces los metabolitos son menos tóxicos y a veces no- para excretar la sustancia química y sus restos fuera del organismo.
Así pues, para que creamos que la fructosa es un veneno, tiene que seguir, en algunos aspectos, la vía que acabo de describir, y pronto llegaremos a ello.
Pero antes, aclaremos algo…
Fructosa natural frente a fructosa no natural
La fructosa natural es un azúcar que se encuentra en las frutas. Es químicamente distinta de la glucosa y no necesita insulina para entrar en las células. Una vez dentro de las células, puede utilizarse, como la glucosa, en las vías energéticas celulares.
A la fructosa no natural se le quitan las fibras naturales, lo que da lugar a una forma cristalina de fructosa que puede utilizarse en la fabricación de edulcorantes y jarabes procesados. La fructosa procesada y desprovista de fibra se encuentra en muchos alimentos envasados cotidianos, cereales, panes y bebidas.
La diferencia se reduce a la cantidad
Escribo sobre la fructosa, sea natural o no. El efecto sobre el cuerpo, como verás, es el mismo. Pero con una excepción importante: la cantidad.
La fructosa no natural se absorbe en tu sangre sin que las fibras naturales que faltan lo impidan. Por ejemplo, los 15 gramos de fructosa de un vaso de zumo de naranja o de dos rebanadas de pan blanco se absorben en el torrente sanguíneo. Por el contrario, las fibras que se encuentran en las frutas minimizarán la absorción de la fructosa natural, limitando la entrada neta de fructosa en tu sistema circulatorio.
Conclusión: Porción por porción, el organismo absorbe cantidades más elevadas de fructosa no natural, desprovista de fibra, que de fructosa natural. Los azúcares procesados y los jarabes que contienen fructosa no natural son más peligrosos para tu organismo que la fructosa natural, basándonos únicamente en la cantidad.
Los efectos patológicos de la fructosa
La fructosa se metaboliza principalmente en el hígado, como la mayoría de los venenos. La célula hepática empieza tomando un grupo fosfato del ATP, adenosín trifosfato, y lo añade a la fructosa. El resultado es fructosa-1-fosfato y ADP, adenosín difosfato.
En primer lugar, sigamos lo que ocurre con ADP. El consumo excesivo de fructosa requiere una cantidad tan tremenda de ATP que disminuye la disponibilidad de grupos fosfato, lo que se conoce como “secuestro de fosfatos”. Esto significa que el ADP formado inicialmente no tiene grupos fosfato fácilmente disponibles para convertirse de nuevo en ATP.1
Sin grupos fosfato, el ADP se cataboliza en AMP, monofosfato de adenosina, y finalmente en IMP o inosina-5-monofosfato. El IMP es el compuesto iniciador de la producción de ácido úrico. En concentraciones elevadas, el ácido úrico cristaliza causando el doloroso trastorno articular conocido como gota.1
Además, inhibe la producción de óxido nítrico (NO), que puede elevar la tensión arterial.2 Así pues, como consecuencia de la fructosa en el hígado y la producción de ácido úrico, vemos dos posibles consecuencias negativas: la gota y la hipertensión.
Recuerda que esto no va a ocurrir por beber un refresco con jarabe de maíz de alta fructosa. Hace falta un consumo excesivo (diario) de refrescos, ¡que de hecho caracteriza a la mayoría de los estadounidenses! – u otras fuentes de fructosa para acumular ácido úrico.
El destino de la fructosa-fosfato
¿Qué ocurre con la fructosa-1-fosfato? Una parte se metaboliza en piruvato, un compuesto utilizado para iniciar la producción de energía celular.
Sin embargo, en cantidades excesivas, se convierte en xilulosa-5-fosfato, que activa las vías que producen grasa, denominadas lipogénesis.3 Esto puede aumentar el número y el tamaño de las células grasas, además de elevar los niveles de triglicéridos en sangre, un marcador de enfermedad metabólica y un conocido factor de riesgo de enfermedad cardiaca.
¿Y el veredicto es…?
Repasemos los hechos:
- La fructosa (natural o no natural) entra en el hígado porque es el órgano principal que puede metabolizarla.
- La célula hepática convierte la fructosa en metabolitos (ácido úrico y xilulosa-5-fosfato) que se sabe que tienen efectos negativos para la salud en concentraciones elevadas: gota, hipertensión, grasa corporal y triglicéridos sanguíneos elevados.
Entonces, ¿la fructosa es un veneno?
O, más concretamente, ¿es la fructosa no natural y desprovista de fibra un veneno?
¡Juzga tú!
Referencias:
- Champe, P. (2008). Bioquímica,2ª edición. Nueva York, Nueva York: Lippincott Williams & Wilkins (Páginas 128, 350).
- Óxido nítrico. 2013 Ago;1(32):36-42. doi: 10.1016/j.niox.2013.04.003. Epub 2013 Abr 23.
- Endocr J. 2008 Ago;55(4):617-24. Epub 19 de mayo de 2008.
El artículo original está escrito por el Dr. Michael A. Smith y aparece en lifeextension.com. Está disponible aquí.