El Día Mundial de la Diabetes es el 14 de noviembre de 2014 y se centra en la vida sana y la diabetes. Destaca la alimentación sana y su importancia tanto en la prevención de la diabetes tipo 2 como en el control eficaz de la diabetes para evitar complicaciones.
La diabetes mellitus, o simplemente diabetes, es una enfermedad crónica que se produce cuando el páncreas ya no es capaz de producir insulina, o cuando el organismo no puede hacer un buen uso de la insulina que produce. Hay 382 millones de personas con Diabetes. En 2035, 592 millones de personas, o una de cada diez, padecerán la enfermedad.
Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de desarrollar una serie de problemas de salud graves que afectan al corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones, los nervios y los dientes.
Buscar consejo médico y someterse a controles regulares de azúcar en sangre y a pruebas para detectar las complicaciones de la diabetes también forman parte de un buen control de la diabetes.
Un estilo de vida sano desempeña un papel muy importante para mantenerse sano con diabetes. Varios elementos contribuyen a un estilo de vida sano:
- Elección de alimentos sanos – Empieza por elegir alimentos bajos en grasa, con pocos carbohidratos procesados y que hagan hincapié en las verduras, la fruta y la fibra. Elige alimentos de bajo índice glucémico que no te suban el azúcar. Haz un seguimiento de los hidratos de carbono y controla las raciones: come la cantidad adecuada para llevar una dieta sana y controlar el peso
- Haz comidas pequeñas REGULARMENTE – Hacer comidas copiosas después de largos intervalos crea hipoglucemia y luego hiperglucemia. En lugar de ello, espacia la ingesta de alimentos a lo largo de las horas que estés despierto, haciendo comidas más pequeñas y frecuentes y tomando tentempiés planificados a intervalos regulares, lo que puede ayudarte a mantener el azúcar en sangre a un nivel estable.
- Elige grasas saludables – Elimina las “grasas muy malas”: las grasas trans, los aceites hidrogenados y limita las grasas saturadas. Elige las raciones adecuadas de grasas saludables como aceitunas, aguacates, frutos secos, semillas de lino
- Ejercicio – El ejercicio regular de 30 minutos al día contribuye a la utilización de la insulina y ayuda a estabilizar los niveles de azúcar. Puede ser algo tan sencillo como un paseo o una actividad que te guste como el tenis, la natación o el ciclismo.
- Aprende a leer las etiquetas de los alimentos – Las etiquetas de los alimentos son una herramienta esencial para planificar las comidas de los diabéticos. Presta atención a los detalles de la etiqueta de un alimento, como las calorías, los hidratos de carbono totales, la fibra, la grasa, la sal y el azúcar. Mira la lista de ingredientes y busca ingredientes saludables. Aprender a leer las etiquetas de los alimentos puede ayudarte a elegir mejor
- No fumes – Si fumas o consumes otros tipos de tabaco, pide a tu médico que te ayude a dejarlo. Fumar aumenta el riesgo de padecer diversas complicaciones de la diabetes, como infarto de miocardio, ictus, lesiones nerviosas y enfermedad renal
- Mantén la tensión arterial y el colesterol bajo control – La diabetes aumenta las probabilidades de padecer enfermedades cardiacas, así que vigila de cerca tu tensión arterial y tu colesterol. Habla con tu médico sobre cómo mantener bajo control el colesterol, los triglicéridos y la tensión arterial. Toma los medicamentos según lo prescrito
- Controla el estrés y duerme lo suficiente: el estrés y la diabetes no se llevan bien. El exceso de estrés puede elevar los niveles de azúcar en sangre. Pero puedes encontrar alivio sentándote en silencio durante 15 minutos, meditando o practicando yoga
- Comprueba tus niveles de azúcar en sangre dos veces al día y la prueba Hgb A1c cada 2-3 meses
- Acude a tu médico – Hazte un chequeo completo al menos una vez al año, aunque puedes hablar con tu médico más a menudo. En tu reconocimiento médico anual, asegúrate de que te hacen un examen de los ojos con dilatación de las pupilas, un control de la tensión arterial, un examen de los pies y pruebas de detección de otras complicaciones, como daños renales, daños nerviosos y enfermedades cardiacas.